Hinchada


Ultras Sur nació en 1980 en el seno de la peña “Las banderas”, a la que llegaron una serie de jóvenes aficionados caracterizados por un mayor extremismo a la hora de apoyar al equipo. Tiempo después, fueron expulsados y comenzaron su andadura como grupo independiente. José Luis Ochaíta, líder del grupo durante años, fue protagonista de diversos altercados, siendo detenido en varias ocasiones y prohibiéndosele el acceso a los recintos deportivos. A lo largo de la historia del grupo, se han registrado algunos incidentes con jugadores del Real Madrid C.F., derivados, según la prensa, de la negativa de ayudarles económicamente a cambio de recibir su apoyo en la grada, otros futbolistas les han mostrado públicamente su apoyo. Uno de los más conocidos fue Juanito, jugador durante diez temporadas que murió en accidente de tráfico y a quien recuerdan en el minuto 7 de cada partido en el Santiago Bernabéu cantando: "Illa, illa, illa, Juanito maravilla". A pesar de las dificultades de acceder a este grupo, Ultras Sur ha sido objeto de algunos libros publicados por personas que han logrado infiltrarse en él. Un periodista oculto bajo el seudónimo de Antonio Salas publicó Diario de un skin, en el que describía el comportamiento del grupo dentro y fuera del estadio y su relación con el movimiento neonazi. Experiencias similares vivió el agente David Madrid, que publicó Insider, un policía que se coló en las gradas ultras y Tribus Urbanas. De entre los incidentes que provocó Ultras Sur, uno los más sonados tuvo lugar el 1 de abril de 1998 durante la ida de las semifinales de la Liga de Campeones 1997-98 contra el Borussia Dortmund. Un centenar de ultras se subieron a la valla metálica del Fondo Sur del Estadio Santiago Bernabéu antes de comenzar el partido. La valla cedió y provocó el desplome de la portería, que estaba atada con cables a la misma. El partido comenzó con 75 minutos de retraso y el hecho le costó una fuerte sanción al club, que pasaría a tomar medidas más drásticas con el grupo a partir de entonces. Ultras Sur, que fue desplazado al tercer anfiteatro y posteriormente a la parte baja de la grada lateral, pasó por una época de fuerte crisis y, de los cerca de 2000 socios que anteriormente ocupaban el Fondo Sur, muchos acabaron marchándose. Durante la presidencia de Florentino Pérez (2000-2006), el grupo regresó a un sector acotado del Fondo Sur, pasando además por el control de que todos tenían que pasar por la puerta 28. Además, el club dejó de sufragar los gastos derivados de los traslados nacionales e internacionales de estos aficionados. El número de incidentes protagonizados se redujo considerablemente. El grupo se mostró afín a Ramón Calderón, presidente del Real Madrid entre 2006 y principios de 2009.